miércoles, 22 de mayo de 2013

Carta a mi matrona. Gracias, María

Hola María,

No sé por dónde empezar esta carta, porque se me acumulan las palabras.

Lo primero de todo, déjame presentarme. Soy amatxu de un peque precioso, que nació en tus manos hace algo más de un año, una noche de Semana Santa.

Cuando salimos para bajar a planta, le deseaste que fuera muy feliz, con un beso en la frente. Empujaron la camilla y no me salieron las palabras para darte las gracias, por todo lo que hiciste por mi hijo, por mi marido y por mí. Por eso por fin me he decidido a enviarte esta carta más de un año después, porque hoy por fin te he localizado para que puedas recibirla.

Como bien sabes, esta es la Semana Mundial del Parto Respetado. He estado pensando qué escribir al respecto en mi minúsculo blog. Y hablando de partos respetados, me he acordado del mío, y del maravilloso recuerdo que tengo de él. Y cuando recuerdo mi parto, me acuerdo de ti, y en aquel "gracias" que no te dije desde la camilla. No sé si eres consciente de que me permitiste tener el parto que yo quería pero que no me atreví a llevar a cabo. Me diste la fuerza y me arropaste, para que creyera en mí. Te quedaste con nosotros todo el proceso, apenas  te fuiste unos minutos en aquellas horas. Me diste seguridad y tranquilidad. Le ofreciste a mi marido una experiencia que no podía imaginarse.

Cuando tú llegaste, yo estaba ya cerca del final de la dilatación. Había estado dos días con contracciones de parto en casa, sin dormir ni comer. Estaba agotada y había accedido a ponerme la epidural a pesar de desear un parto sin anestesia. Me habían puesto oxitocina por protocolo (porque la dilatación iba a buen ritmo y no hacía ninguna falta; de hecho, yo creo que no hizo nada), y me habían roto la bolsa. Todo lo que yo quería evitar con un plan de parto que al final no hice. Pensaba que llegado el momento, podría hablarlo con mi matrona. Pero la realidad era que yo estaba agotada para negociar y para creer en mí.

Cuando llegaste, te paraste a escucharme. Me ayudaste con la pelota, con los miles de cables que se anclaban a mi tripa. Me defendiste bajando la luz, ayudándome a encontrar la mejor postura para empujar. Me ayudaste durante algunas horas a gritar al empujar, a sentir las contracciones a pesar de la epidural. Me diste fuerzas para conseguir que mi hijo naciera con dos matronas y sin complicaciones, a pesar de que por algún motivo se resistía a bajar. Y después de tener por fin a mi hijo en mi pecho, me cosiste la herida con paciencia.

El trabajo que tú haces, es el camino hacia los partos respetados. Sabes de sobra que en los hospitales como en el que tú trabajas aún queda mucho camino por recorrer, con otras compañeras tuyas, con los ginecólogos, obstetras, enfermeras y demás profesionales. Y también con las que van a dar a luz, porque si nosotras no exigimos, no recibiremos. Pero gracias a personas como tú, estamos en el buen camino, y llegaremos pronto.

Cuando pensé que podía escribirte esta carta como homenaje anónimo desde mi blog, creí que era injusto que no pudieras leerla. Así que te busqué, porque recordaba perfectamente el nombre y apellido que llevabas en tu bata. Al encontrarte por fin me he emocionado, por poder decirte por fin “gracias” por traer al mundo a mi hijo de la manera que yo deseaba.

¡¡Mil gracias María!! Sigue por favor haciendo lo que haces, porque tú tienes la llave para llevarnos a las mujeres al camino de los partos respetados. ¡¡Mucho ánimo!!

¡Un abrazo!

viernes, 17 de mayo de 2013

Vacunas de pago, ¿sí o no?

En mi profesión es imprescindible poseer eso que se conoce como "buen criterio". El criterio está compuesto por una buena dosis de conocimiento, y otra de experiencia. Con criterio, se proponen cosas adecuadas y se toman las decisiones correctas.

Ponerle o no ponerle vacunas a mi hijo es una decisión que debe tomarse con criterio (médico, se entiende). Y el problema es que, yo, como el 99,99% de las madres y padres, no lo tengo. Y esa falta de criterio es la que me tiene dándole vueltas a la cabeza estos días, sobre si ponerle o no la vacuna de la varicela al Gorila.

Que quede claro en primer lugar que no cuestiono las vacunas que ofrece la Seguridad Social en su calendario vacunal. Creo que es un calendario de mínimos, como dicen muchos expertos, y que su uso previene las enfermedades directamente a nuestros hijos y también la transmisión a la población. Estoy hablando de estas vacunas "extra" que nos ofrecen a los padres en la consulta del pediatra, y que todas juntas ascienden a una cantidad superior a los 600 euros.

Ahora quiero confirmar que no cuestiono estas vacunas porque sean caras; nos gastamos el dinero en miles de trastos para bebés que valen mucho más y no nos quejamos lo más mínimo  Mi duda viene alrededor de la industria farmacéutica, que hace negocio con nuestra salud; tener criterio para saber hasta que punto hacen precisamente eso, negocio, en vez de salud.

Durante mis clases preparto  el que ahora es el pediatra de mi hijo nos preparó unas charlas para mamás primerizas que fueron muy clarificadoras. Uno de los temas fue precisamente la vacunación. Supongo que me hubiera gustado dejarme influir por su opinión, pero no nos la dio. Tampoco lo ha hecho las veces que se lo he preguntado en las revisiones periódicas  Se ha limitado a ofrecerme datos que apoyan tanto la teoría de darselas a sus hijos como de no ponerselas. Esto hace que quienes tenemos que tomar la decisión seamos nosotros, pero con criterio nulo. Decisión que atañe a la salud de nuestros hijos.

Por un lado, están los que se posicionan en contra de las vacunas en general, movimiento, por cierto, muy extendido últimamente. Alegan que el sistema inmunológico de los bebés y niños puede no ser suficientemente maduro para luchar contra las vacunas, y que estas se han convertido en un negocio para las farmacéuticas, que se llenan los bolsillos con los miles de niños que se vacunan cada año. Mi pediatra nos decía que hay vacunas que abarcan muy pocas cepas de una enfermedad, o cepas que no se desarrollan habitualmente en nuestro país, por lo que son menos eficaces de lo que nos quieren hacer creer (aunque tampoco significa que sean ineficaces).

Tampoco podemos perder de vista que la decisión del calendario vacunal responde a criterios de salud pública, y no de la salud individual de nuestros hijos - tanto para lo bueno como para lo malo. Hay vacunas con posibles efectos adversos que, aunque menores que la propia enfermedad, pueden traer alguna incomodidad. También hay vacunas que no se administran de forma generalizada porque no hay suficiente financiación, o porque se considera más barato resolver la enfermedad cuando se complica que suministrar la vacuna a todos los niños.

También, nuestro pediatra nos comentaba que, en general, a los niños que van a la guardería se vacuna más, porque se creen más expuestos a la enfermedades. Esto ha llevado en algunos casos a que la incidencia de algunas enfermedades sea mayor en niños que no van a la guardería, por el simple hecho de que no se les vacuna porque se les cree "más protegidos".

Al final, nosotros hemos tomado una decisión diferente para cada vacuna "extra". Hemos analizado, con ayuda del pediatra, la historia de la vacuna, las cepas de las cuales protege, los posibles efectos secundarios, la inclusión en otros calendarios vacunales, etc. Ya tomamos la decisión frente a la vacuna del rotavirus y frente a la del neumococo. Ahora toca informarse y decidir frente a la de la varicela. Ya os contaré nuestras conclusiones si os apetece- o quizá os apetezca crearos vuestro propio criterio...

Besos desde la jungla

domingo, 5 de mayo de 2013

Feliz Día de la Madre

Ya que este es un blog maternal, algo debería decir hoy, que es el día de la Madre. Sin embargo, hoy la musa no me ha venido a ver, y no me salen las palabras. 

Hoy me acuerdo de mi peque, lo primero. Hace un poquito mas de un año que me enseñó lo que es ser amatxu. El año pasado, que apenas tenía tres semanas, estaba tan inmersa en la vorágine del recién nacido que apenas fui consciente del dia.

También me acuerdo de mi madre, y de su madre. Ahora que yo soy amatxu agradezco ese cariño y paciencia infinitas, que no sólo me dieron, sino en la que me educaron para dársela a mi hijo. 

Hoy también me acuerdo de mi suegra, y pienso en las diferencias entre madres de hijos y madres de hijas. En mi casa todo han sido niñas hasta la llegada de mi hijo, y me da que pensar.

Me acuerdo de una conocida, que fue madre ayer mismo, y pasa su día de la madre en el hospital con su niña en brazos.

Me acuerdo de otras madres, con las que tengo tan poco en común en cuanto a crianza, pero cuyos hijos crecen igual de felices. Me acuerdo de las madres que sigo a través de sus blogs, con quienes tengo mucho en común y comparto su día a día, y a las que ni siquiera conozco en persona.

Me acuerdo de las madres que viven en otros lugares, que no pueden dar a sus hijos todo lo que saben que es bueno para ellos, incluso lo mas básico.

Me acuerdo de amigas y conocidas que serán madres en breve, con embarazos a punto de concluir o recién empezados, primerizas o alguna incluso esperando a su cuarto hijo, con la ilusión de la espera, o con sus incomodidades también.

Me acuerdo de las que quisieran ser madres pero no pueden serlo, por muy diferentes motivos. 

A todas de las que me he acordado, y a las que me he dejado también, ¡Felicidades! 

jueves, 2 de mayo de 2013

El Gorila equilibrista - aprendiendo a andar

El Gorila está estos dias avanzando mucho en sus equlibrios. Ya queda menos para que llegue el día que ande por si mismo. De momento, practica donde le parece, cuanto más dificil mejor.

Paso 1: ponerse de rodillas en el carrito de los juguetes

Paso 2: ponerse de pie apoyándose en el carro

Paso 3: coger un juguete con una mano

Paso 4: hacer equilibrios de pie, con una mano en el carro que se mueve, y otra agarrando el juguete

Paso 5: estudiar la situación detenidamente

Paso 6: tirarse al suelo mediante el procedimiento del culetazo

Paso 7: volver a empezar

Y aunque os parezca mentira, lo ha repetido unas cuantas veces y ¡todavia no se la ha dado!